enero 23, 2011

"Tomó mi rostro entre sus manos demasiado cálidas y lo sostuvo a escasos centímetros del suyo. Me miró a los ojos mientras hablaba en susurros, parecía que comunicase algo más que las palabras que pronunciaba... luego soltó en hilo de voz esa frase que profundamente conocía pero que se me hacía extraña y aliviante a la vez... eres solamente mía, para siempre."

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