enero 28, 2015

Así que uno planta su propio jardín 
y decora su propia alma, 
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

enero 26, 2015

esa solitaria noche, entre tantas, supo salir y entreverse de a poquito con sus particularidades.
hubo lluvia y truenos. ella no sabía, ella quiso descubrir. pero ella lo amaba. incondicionalmente. 
él aprendió a quererla tanto que ya olvidó cómo solía vivir sin ella.
ella, dudaba y se interrogaba. lo cuestionó tanto que no se acordó de quererlo así, como era, tal y como se constituía su esencia. 

ella lo abrazó. él la conquistó.

juntos, alzaron sus puños y el mundo se hizo pequeño.

enero 15, 2015

breve panorama de un amor-non-fiction

sola. conmigo misma, saco del bolsillo un cuchillo mientras mis ojos flotan en un pequeñísimo mar de lágrimas.
intento convencerme por última vez de que no es posible volver. es un viaje de ida.
acerco el cuchillo a mis muñecas, cierro los ojos y lo siento ahí, filoso, frío, rígido y brillante. tan brillante que ilumina mis ojos.
ahhhhh.
suspiro un mar bordó. y ahí lo suelto. lo dejo caer y no abro los ojos.
suspendida, yaciente sobre la alfombra que ya estaba empapada, no sentía la cabeza, tenía la boca abierta y estaba sedienta.
de repente como en cápsulas que saltaban por la habitación se asomó un sonido de golpeteos sobre el suelo y voces varias. las cápsulas iban recobrando sentido y se unían en pos de algún mensaje o llamamiento sagrado. pude sentir mi cabeza y sin importar el esfuerzo que hice por abrir los ojos, no lo logré.

desperté en una habitación de hospital. sola. cubierta con una sábana. hacía frío. me dolía mucho la cabeza. todavía no movilicé mis músculos, no hasta al menos sentirlos. de a poco la orden del hipotálamo llegó a mi extremidad derecha y pude subir mi brazo para inspeccionarlo.
y ahí caí en la cuenta. todo lo que había ideado se fue al tacho, no tuvo caso, seguiría empecinada una y otra vez con hacerlo pero al final nunca iba a resultar.

era la quinta vez que lo intentaba. y, al parecer, la última. estaba exhausta. sólo quería irme a casa, recostarme en mi cama y mirar mi techo. las sábanas heladas y duras también eran ásperas. sumergida en mis pensamientos, logré percibir un sujeto apoyado sobre el marco de la puerta de la habitación.
él.
cuánto había pasado sin verlo? casi ni lo reconocí. estaba más gordito, rechoncho. sus ojeras, intactas. sus ojos (hermosísimos) me miraban firmemente con un dejo de desesperanza. no, señores. jamás pude sacarlo de mi desdichado corazón.

no quiero escucharte. no quiero sermones. no quiero tu lástima. si venías a ofrecerme precisamente eso, te invito a que te retires. le dije a duras penas. ahora estaba disfónica y me dolía un poco el corazón desde hacía unos pocos instantes por su fallido intento de salir de mi (ahora dolorido) tórax de una patadota.

el sujeto dio un paso hacía mi dirección y mi corazón dio otro saltazo ahora con ases de lograrlo realmente. su boca... (ay, cómo decirlo. su boca era definitivamente el insulto más retorcido que se divise jamás, pero con un dejo (qué digo dejo, una mancha más grande que mi casa) del más infinito e irresistible placer. era la frutilla de la torta... (volviendo) su boca se retorcía hacía arriba como un perverso mensaje a descifrar que, en verdad, estaba muy a la vista. simplemente era la vil e impenetrante ternura que sentía hacia mí.

revoleé los ojos y miré al otro costado. intenté con todísimas mis fuerzas no volver la cabeza y dedicarle una sonrisa. naaaaaaa, tonta, tontísima, un poco de dignidad, che, que se te caen los huesos por las ganas de tirártele encima y...

ejem. interrumpió el pensamiento la oportuna y sexy enfermera que me tocó. el sujeto clavaba sus ojos en mí. la ignoró por completo. mis suspiros internos en silencio se acrecentaban, ni-la-miró!
la enfermerita le pasó por al lado con esa sonrisa desfachatada de "haceme el amor papitoooo"-
na, capa, él está conmigo.

penstañeé y descubrí que la enfermera ya se había esfumado y yo seguía sumergida en mi propio veneno. lo miré y se había sentado, siempre con vistas hacia mí. estaba más cerca. podía divisarle la cintura y verle las rodillas. tenía puesto uno de esos pescadores que le quedaban sarcásticamente bien (por sus [jugosas] piernazas de futbolista).
GUAU. estaba ahí. realmente lo estaba? no sería otra de mis alucinaciones matutinas?
de vuelta, la enfermera. esta vez, pasó derechito a través de él. y se esfumó en menos de un milisengundo. una parte de mi cerebro no estaba para nada sorprendido, de hecho, se lo esperaba. pero otra parte, la mayor parte de mi cerebro no suponía nada de alucinaciones, realmente se creía divisar una figura completamente real, en tiempo y espacio real.

la inteligencia, como decía Piaget, es la capacidad de aprender con rapidez en situaciones nuevas.

mi Ego, no yo, mi alterEgo se vio hoy en una situación de extrema incomodidad y desprotección cuando un sujeto cualquiera decidió emitir un Acto de Habla en su mayor expresión. El acto de habla que se ha proferido en contra de mi Ego fue el de destierro. Ha sido desterrado de una tierra llamada Caretaje.
Qué hacer? ponerse feliz, por haber dejado la tierra del caretaje o ponerse triste por haber sido desterrado?
definitly: i'm so happy i don't belong to that place anymore.

El sujeto ahora me miraba fríamente. Abrí los ojos como huevo cuando me di cuenta de que estaba por decirme algo, ensimismado en su próximo comentario, se sorprendió cuando lo interrumpí.
vas a decirme algún día a qué venís? no hiciste más que observarme durante un buen rato con esa cara de... nada. bah. quisiera saberlo, porque no sé si sabrás que me estás poniendo un tanto incómoda.
sonrió.
levanté mi ceja apuntándolo con mis ojos como si tuviera rayos laser.




al fin.



¿al fin? ¿eso es todo lo que dirá? ¿al fin qué?


¿al-fin-qué? le dije un poco (muy... demasiado) alterada.
el sujeto bajó la vista. (al fin. pienso) me di cuenta de que titubeaba sobre lo que estaba a punto de decir. creo que se puso un poco coloradito. (¿qué querés decirrrrrrrrrrrr?!!!!) mi cerebro a punto de explotar de impaciencia.

- al fin... te veo. 

oh.

cerebro descompuesto. tórax dolorido (nuevamente) por violento latido. y... acá vamos de nuevo.
veinte o treinta segundos habrán pasado?
el sujeto había tomado asiento y sus ojos levitaban en algún mundo desconocido muy muy lejos de acá.
yo... yo en estado de shock.

no le dije nada, hasta que me miró de nuevo. vi esa mirada de emergencia, una que finge no estar demasiado aturdido por lo que acaba de decir y lo suficiente como para no tomarse el palo. él quería, se notaba, quería irse corriendo. esconderse. intentar borrar con sus pensamientos lo que acababa de pasar. revivió todo-absolutamente todo lo que había quedado bajo tierra, moho, raíces de cinco árboles juntos y unas cuantas baldosas. ahí estaba. yaciendo sobre nosotros una terrible atmósfera incómoda pero cálida. desenterró lo que estaba bajo llave en cada uno de nuestros corazones y era pecado descubrir.
de repente no lo resistió más y se acercó, demasiado, y me dio un susto terrible. empecé con espasmos y el ti ti tiiiiiiiiii del control de terapia intensiva era ya esperable. me pude calmar porque tenía los puños tan cerrados que se me cansaron las manos.


escuchá... fue un error. todo. haberme ido, habernos separado, haber intentado olvidar algo que echó raíces dentro nuestro. sólo quería... saber si estabas bien. sigo siendo tu teléfono de emergencia... por eso estoy acá. me voy. es un error...

dejé descansar mi cabeza que ya pesaba y me dediqué a pensar sucinta y detalladamente lo que había pasado instantes atrás.
lo amé. locamente. lo tuve y lo perdí.



















diciembre 19, 2014

Malala Yousafzai (premio nobel de la paz por su lucha por la educación para las mujeres en Paquistán)

"Ante la violencia, las opciones suelen ser dos: convertirse en víctima, brindar testimonio y metabolizar el pasado, o intentar construir la verdad histórica trabajando con perspectiva para modificar la realidad."

Concentrándonos en estas pocas líneas visualizamos una verdad misteriosa pero deslumbrante. 
La verdad os hará libres. 
La verdad trae luz y esperanza.

Día a día es posible ver desde nuestras casas e incluso fuera de ellas las atrocidades que vivimos. Asesinatos, muertes, robos, suicidios, y una infinidad de maldades por doquier.

La gente espectadora de estos sucesos, a la que (por ahora) nada les sucede, dice sentirse triste y aprisionada por esta plaga de males que azotan al mundo entero. Este mundo se estaría dividiendo en los malos y los buenos. Mientras los malos salen a buscar víctimas, los buenos se esconden en sus casas (y algunos esperando a que algún día les suceda) a postear en sus computadoras y sentarse en sus mesas a hablar de lo mal que está la Argentina y el planeta.

Déjenme decirles algo, señores: metabolizar la violencia y victimizarse ante todo es una opción. Pero invito a reflexionar: hay otra opción: trabajar en perspectiva para modificar la realidad.

Y ésta parece ser la mejor.

Vivir es arriesgarse el pellejo y salir a la calle a buscar un propósito. Pero vivir, claramente, no es salir esperando volver con vida. Así no debe funcionar. No busquemos más culpables. Hagamos el bien a todos mientras tengamos oportunidad, porque...

siempre cosechamos lo que sembramos, si no nos damos por vencidos. 

octubre 06, 2013

soñaba algo. abrí los ojos y él hacía que nuestras narices chocaran suavemente en un sutil movimiento que iba al compás del son de su loca y profunda mirada.
lo amé locamente en ese instante. incansablemente.
lo más valioso que podía lucir era una sencilla sonrisa brillando en el cálido y humilde rostro de aquel chico rapaz que volaba a mi lado.
sus manos sostenían mi rostro de una manera que sería imposible describir, pero que me hacían sentir amada, por fin.
pero qué sería de mí cuando finalmente llegue la hora, y el tiempo se haga notar.
me quedará su impronta calcada en mis retinas; aunque algo más profundo sostendría tal mirada...
él, allí, a mi lado, mi mitad, mi otro yo, mi todo.
yo, ahí, fugazmente feliz, y el tiempo que transcurría.
sabía que iba a durar más que una vida. era un amor de aquellos que no se van con el viento...

marzo 29, 2013

Apasionadas.

Ser mujer ya es todo un sacrificio. Pero ser mujer e insegura a la vez puede causar la muerte.
Pero no la muerte física.
Ser mujer implica una lucha constante con una sociedad cada vez más machista y una lucha hasta con nosotras mismas. Ser mujer no es fácil, señores. Me pregunto si Dios habrá predestinado toda una historia de lucha contra la humanidad misma, intentando ser lo que todos dicen que no podríamos ser.
Pero sí, lo logramos. Somos fuertes a pesar de no poseer la extensa musculatura que pueden llegar a tener los hombres. ¿Y saben por qué? Porque tenemos un espíritu fuerte que nos permitió desde siempre conseguir la victoria: porque desde la lucha contra el patriarcado que nos trajeron los extraños de "algún lugar perverso", pasando por el estereotipo que exige la sociedad moderna con todas sus medidas hiperfabricadas y artificiales (que implican un esfuerzo jamás visto sobre nuestro propio cuerpo, que nada tiene que ver, por cierto, con la salud), siguiendo por el debido respeto y sumisión al hombre en todos los ámbitos de la vida, y finalmente por la violencia de género que cada vez más hecha raíces hasta en los lugares más inhóspitos de la vida, nosotras, señores, nosotras hemos conseguido triunfar.
Hemos conseguido triunfar a pesar del miedo, de la inseguridad, del maltrato social.
Hemos conseguido triunfar siendo inteligentes, audaces, independientes, autosuficientes y fuertes.
Pero por sobre todas las cosas, hemos triunfado porque nos importa únicamente la opinión que tenemos cada una sobre nosotras mismas.
Cuando una de nosotras decide levantar la pancarta, como dice René, cambia un poco más el mundo.
Y se convierte en aquel mundo que desde el principio soñamos: aquel que prioriza la igualdad, la justicia y la unión de todos contra el egoísmo, la ambición y la violencia.

No te quejes del mundo en el que vivís mientras mirás televisión.
Levantate y empezá a pensar que el problema del otro también es TUYO.
Y hacelo. Intentalo. Caete y levantate, porque de eso se trata.

Se dice que de 5 intentos, 4 son victorias, pero que éstas resultan sólo cuando son buscadas.


agosto 12, 2012


"Amor mío, no te quiero por vos ni por 
mí ni por los dos juntos, no te quiero
porque la sangre me llame a quererte,
te quiero porque no sos mía, 

porque estás del otro lado, ahí donde me
invitás a saltar y no puedo dar el salto,

porque en lo más profundo de la
posesión no estás en mí, no te alcanzo,
no paso de tu cuerpo, de tu risa, 
hay horas en que me atormenta que me ames."


Julio Cortázar.

agosto 11, 2012



Sin ti las emociones de hoy no son mas que la piel muerta de las de ayer. Hipolito.

octubre 25, 2011

"¿A vos no te pasa que te despertás a veces con la exacta conciencia de que en ese momento empieza una increíble equivocación?"




Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso.


      Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

octubre 20, 2011

Poema 8 - El espantapájaros (1932)


Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?
El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia… de un egoísmo… de una falta de tacto…
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.
Oliverio Girondo.

octubre 17, 2011

Para mi amigo, Nachito.

-Fue el día en que te dije que me encantaba cómo les quedaba el pantalón blanco a los chicos, y al rato me invitaste a tu cumple, y tenías un chupín blanco,que de hecho fue ahí, donde todo comenzó.
-No, fue esa vez en que hablábamos y me dijiste que tenía 20... tenía 14, amigacha... catorce.
Y cerré tus ojos con mi mano, y en silencio te dije que escucharas con atención. Fue hace como cuatro años, y muy bien lo recuerdo, vos sentado en el escenario cerca del púlpito con la mirada agacha, llegué y me regalaste una flor. No comprendí el significado de tu reacción en ese momento, pero te confieso, el prejuicio se adueñó de mi en un segundo. Vos, una especie de Ken de 20 años, morocho, serio y con cara de cansancio. Yo, tan sincera y desequilibrada a la vez. Nos miramos un momento.
Sentí la flor que pusiste en mi mano en ese momento y pensé que no podía pensar. No me conocías ni yo a vos, sin embargo tenía que compartirte a todos mis amigos anda a saber desde cuándo. Bueno, era una especie de unión.
Largas, larguísimas charlas, encuentros, risas, campamentos... peleas. No entendía, realmente no comprendía qué me atraía hacia vos, era como si todo esa compañía que alguna vez me ofreciste junto con la flor se convirtiera en algo esencial en mi vida. Luego todo se volvía un poco raro. De hecho, muy raro.
Y si te gustaba esa especie de nenita que no le temía a herirte a hachazos con su transparencia, mi culpa no era... yo sólo quería seguir sintiendo que contaba con vos, con tu presencia y con tu cariño aún.
Esa nenita no comprendía que lo que sentía por el Ken de 20 años, que de repente resultó tener 14, era cariño. Cariño por alguien que encontró de repente por medio de sus amigos y que se hizo presente en todos los aspectos de su vida, incluso de sus alegrías y aún de sus tristezas.
Ahora bien, el Ken no supo interpretarla o la nenita era muy injusta.
La segunda, me dijiste, la segunda opción, te repetí.
Más campamentos, momentos, tristezas, caras largas, risas, abrazos...
¿Cómo sería decirle la verdad y largar el papel de calesita que le quedaba bien a la Nena?
La mejor opción, comentaste. Sh, te callé, y abriste los ojos.
Era mirarnos, era vernos y querernos de repente un poco más.
Sonreíste, y dijiste que para caras largas tuvimos bastante, ya todo eso es sólo nuestra sombra que nos acompaña, y que hoy somos esto, que te encanta que hayamos llegado hasta acá, que jamás lo imaginaste pero que ahora compartimos muchos aspectos, y que no hay nada igual que haberme encontrado.
No recuerdo muy bien lo que se me pasó por la cabeza en ese momento, pero creo que todo era una imagen de esas que vienen en forma de recuerdos... Ken entregando una flor a la nenita... Creo que esa flor hizo referencia a una amistad tan particular como la nuestra, en la que ninguno es alguien sin alguno.

Tequierotanto.

octubre 12, 2011

Écrire.

Muchos dicen que se escribe cuando hay un problema, un conflicto... Bien o mal, se escribe si hay algo que se quiere transmitir. Algo irrelevante, importante, sabio o ignorante... algo con sabor. Finalmente lo que se quiera transmitir y lo que se transmite termina siendo totalmente diferente. La esencia de lo que se escribe no está en lo que se lee, sino en lo mucho que uno tiene dentro de sí para querer transmitirlo. La significación del lector para con lo que lee es inversamente proporcional a la eficacia de su puntería para entender lo que el escritor desea transmitir realmente.
Suelo escribir todo lo que necesito decir y no digo en voz alta, ni siquiera en mi mente con la voz de mi interior. Siempre que esa voz me hable entenderé lo que ella me quiere transmitir, pero lo que yo siento realmente es otra cosa. Simplemente la voz quiere que entienda algo que en esencia no es realmente como ella me lo dice.
Es un Yo mentiroso.
A veces, ni yo sé explicar lo que escribo. Simplemente son las palabras y ya. No hay explicaciones para lo que quiero que signifiquen mis palabras: el límite es el papel y la lapicera. No hay palabras sueltas en voz alta intentando borronear el sentido de lo que escribo.

octubre 07, 2011

Y si es que el tiempo existe yo quiero compartirlo...
Si todo es una foto, yo quiero estar al lado tuyo.

septiembre 30, 2011

"La Maga no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella..."
 [Rayuela, J.C.]

septiembre 21, 2011

                 Quise saber de dónde venía esa voz tan familiar, pero justo cuando levante la mirada y a penas hice el gesto de abrir los párpados, estabas ahí parado frente a mi, clavándome la mirada, quemándome hasta en lo más hondo y deshaciendo lo último que quedaba de lucidez en mi. Segundos después, o minutos o el tiempo que haya pasado, todo eso que había esperado tanto tiempo con ansias y que llegó en el momento menos pensado y que era haberte dicho adiós y que desaparezcas de la faz de la Tierra, de este mundo que era mi mundo, quedó en completo vacío. Luego de la secuencia de escuchar tu voz, ver tu rostro y caer en el más hondo y oscura inconsciencia, me encontraba ahí sentada, sin dejar de contemplar la más abrumadora belleza que pudo alguien tener jamás, y a la vez sintiendo que no podía hacer más que mirarte. Me dije, luego de percatarme de lo que estaba sucediendo, que había hecho el ridículo, ya que en ese instante estaba yo en el suelo, abrazando mis rodillas sin decir nada más que no está sucediendo.
                   Las miradas ausentes pero a la vez muy penetrativas del público que me rodeaba, hacían ya furor en mi conciencia y no paraban de hablar y comentar lo que allí estaba ocurriendo, y es que al fin me había sucedido lo que alguna vez temí... pasar a un estado de inconsciencia inmersa en tus ojos.

septiembre 20, 2011


¿Acaso eres de esos amores que marcan el corazón tal y como lo hace el aceite cuando se derrama en la ropa: deja huella, no se quita y por más de que se lave y se retuerce y sea bañado con muchos productos no deja de estar ahí, tan atónita y fugaz, tan suave y aguda, tan penetrativa e intacta? ¿O sólo eres de esas fantasías bajo los árboles, de esas que vuelven cada vez que uno está en el ojo del tornado, tranquilo y veloz, que sólo se aparecen en el instante en que se necesita algún otro camino a la felicidad?
Sería imposible no lamentar la agonía en que me hundiría si existiera la posibilidad de que, aún si fueras ese amor que deja huella o esa fantasía veloz o lo que sea que fueras, dejase de contemplarte, dejase de tenerte, de necesitarte, de verte. Resulta imposible intentar imaginarme que desaparezcas de mi esencia sin dejar de retorcerme en dolor.

Saber que nada puede alejarme de lo que me produce verte ahí esperándome como si fuera algo que no sientes hace años, que extrañas pero no percibes, que conoces pero no imaginas, es sentir que no existe nada que pueda apartarme de vos, por más de que haya mil y una razones que confirmen que somos agua y aceite.
Dejar de experimentar la emoción que se manifiesta con el burbujeo en mi estómago al verte, entender por qué no hay otra cosa semejante al desosiego que me causa el oscuro razonamiento de que algún día pueda llegar a perderte, son dos de las cosas que nunca podré lograr siquiera rosar.

septiembre 12, 2011



cómo en menos de un segundo se acaba todo.
cómo tanto se convierte en nada de un instante a otro.
cómo puedo descifrar el milagro de tenerte tan cerca
si tan sólo una señal, una mirada, un gesto termina tan fácilmente con todo lo que había entre nosotros
saber que estas aquí y no poder abrazarte hace que cada parte de mí se destroce sin chances
porque con sólo mirarte me conviertes en la persona más vulnerable de toda la Tierra
si tan solo pudiera saber de qué están compuestos esos ojos
si tan solo acertara en que la más perfecta combinación de humildad, cariño y autenticidad
son los ojos más preciados que pueda tener nadie...
pero estoy segura de que eso no es así
que no es eso lo que los hace especiales
que es mucho más que una mirada auténtica y pacífica.
aunque comparando no gano nada
comparar tus ojos con alguna otra esencia capaz de asemejarseles 
es como intentar descubrir la composición de las resplandecientes estrellas que conforman el universo
es inútil, al fin y al cabo sabremos que no hay cosa más bella
y me hundiré en mi más inmensa locura por experimentar una y otra vez la sensación de paz que me causa contemplarlos.

agosto 28, 2011

Pase lo que pase, no dejemos de ser.

 En la tapa de la revista OHLALÁ!, del mes de agosto del 2011, se encuentran alrededor de la foto de una actriz (Mónica Antonópulos), una serie de citas y frases en forma de índice, que tienen como objetivo principal lograr una adhesión de la atención femenina y un posterior consumo: "Especial, Día del niño, festejá.", "Moda primavera: lo que se viene.", y lo más llamativo, especialmente para mí: "¡Uff! Me divorcié a los 30." Esta última cita me remite a tantas cosas que se relacionan a su vez entre sí, y que puedo expresar en una frase como "las mujeres son únicamente libres en su condición junto con el hombre."
 Barthes en Novelas y niños, Mitologías, habla sobre la revista Elle como un mundo en el que la mujer es libre y puramente femenina, pero siempre dependiendo del destino que se le asigna desde la moral jesuita: "Sean atrevidas, libres; jueguen a ser hombre... pero jamás se alejen de su lado; vivan bajo su mirada, con sus niños compensen sus novelas." La mujer no debe olvidar su misión, la de crear niños y su orden propio a condición de que dependa del orden del hombre. Es decir, la mujer no es sino algo que constituye con el hombre. Está para tener hijos, criarlos y hacer novelas con ellos. "... niños y novelas parecen venir tan solos unos como las otras, pertenecer sólo a la madre; [...] todos son fruto de la imaginación y de ensueño, productos milagrosos de una partenogénesis ideal que daría a la mujer, en un acto, las alegrías y goces balzacianos de la creación y las tiernas alegrías de la maternidad." Ahora bien, en todo este mundo que concibe la revista Elle, el hombre se presenta como una especie de autoridad, como un horizonte: esta en todo y en nada, está al rededor, en todas partes, presiona y hace existir. Es la ausencia creadora, como el dios racineano, desde la eternidad. En Elle, el universo femenino es igual al gineceo: dentro de ellos, las mujeres son libres, puras, hacen lo que desean, pero siempre recuerdan que el hombre existe y que su destino depende de ellos, de su naturaleza como dogma moral que no les permite dejar de hacer niños. Según Barthes, Elle se contradice en todo momento, ya que les impone a las mujeres que valen tanto como los hombres, y a los hombres que nunca dejarán de tener a su mujer. Claramente esta concepción de la vida de la mujer es realmente machista, ¿por qué debe una mujer dedicarse sí o sí principalmente a tener hijos y un esposo, y no puede poner como prioridad su libertad como persona pensante y libre de dedicar su vida a lo que desea? ¿Qué hay si una mujer no desea tener hijos? ¿Y si quiere dedicar su vida a viajar por el mundo e investigar lo que desea? ¿Por qué el hombre puede ser la autoridad independiente y tener asegurada una mujer capaz de no dejar de lado su "destino"?
 Con respecto a la frase que me llamó la atención, ("¡Uff! Me divorcié a los 30"), me remite principalmente a una mujer deprimida y frustrada por haberse divorciado a los 30, tan joven. Es algo que restó en su vida, algo que hizo que se preguntara por qué no fue capaz de llevar a cabo una relación con un hombre más del tiempo estimado normal por la propia sociedad. ¿Por qué una mujer debe sentirse capaz teniendo un esposo o durando un determinado tiempo casada o en pareja? Existen un sinnúmero de oficios y especialidades y ocupaciones que puede tener una mujer; siendo soltera o casada o viuda, una mujer es capaz de ser valiosa y sabia centrándose en sus sueños y proyectos. ¿Por qué la sociedad machista tiene que imponerle a la mujer ser de una determinada manera para poder ser? Hay algo que nunca debemos dejar de lado y son los sueños que queremos alcanzar por más remotos y utópicos que sean, que van más allá del estado civil de cada mujer. Incluso de cada persona. No dejemos que el sistema de consumo nos hunda en su pervertido mundo de ambición y egoísmo.

agosto 20, 2011



 Como en aquel día, hay mucha confusión. Pero de esas confusiones que por más que pase el tiempo y haya horas de sueño y cerebros despabilados, no se va, persiste durante un lapso de tiempo que casi se hace interminable. Esa confusión que hace preguntas y no deja de presionarnos hasta dejarnos sin aire ni ningún tipo de señal que se plasme por lo menos en un pensamiento concreto, que pueda darnos alguna respuesta, algo que nos haga sentir que no estamos locos, que seguimos con vida. Pero a penas quiere irse la confusión, a penas se asoma a la salida, ahí es cuando nuestro cerebro explota en miles de lágrimas que se juntan en los cachetes y no dejan de empaparnos y gritarnos que no cesemos de llorar. Es ese instante en el que nos disputamos toda nuestra vida pensando en si vale la pena seguir creyendo o no, si vale la pena seguir comenzando cada día con una sonrisa o no seguir.
 Pero llega ese momento en el que todo parece mentira, todo parece un sueño y queremos soltarlo ya, toda esa angustia que nos mortifica, y ese momento es el que nos hace ver con claridad que no estamos solos. A partir de ahí, experimentamos una serie de emociones muy diferentes entre sí, pero que tienen algo en común y es que nos hacen sentir fuertes.
 Fuertes al fin. Fuertes para afrontar toda circunstancia que nos somete a dudar cada día. Fuertes para decir NO, en situaciones que lo requieren. Fuertes para ver todo con algo más de claridad, y entender al fin la necesidad de seguir viviendo, seguir soportando todo aquello que nos apresura a la verdad y a la vez nos hace libres para decidir lo más difícil. Y ese es el fin, nosotros somos el fin, nuestro carácter es el fin. El propósito por el cual estamos aqui, sentados en una mesa tomando un mate y pensando qué me permite seguir con vida. Siempre me lo pregunté, sólo que ahora lo sé.
El único juicio que importa, es el de nosotros mismos.

agosto 19, 2011

una parte de mi sale corriendo a buscarte y la otra sale a vagar
y a gritar por la ciudad
denme algo que me impida soñar!
porque nunca lo pude encontrar, mas que en este sueño
que nunca fue realidad.

julio 27, 2011

"... porque el olvido es una de las formas de la memoria, su vago sótano, la otra cara de la moneda." [J. L. Borges]

julio 20, 2011

No son muchos pero Dios los puso ahí.

Amigos... son almas que se unen para ser una, para conformar sentimientos y pensamientos totalmente diferentes pero que se complementan en la más perfecta mezcla de cariño, honestidad y comprensión.
Un amigo te ama a pesar de las diferencias de edad, de ideologías, de raza, de pensamientos y de culturas. Un amigo es aquel que daría su vida por vos. Aquel que a las tres de la madrugada te atiende el teléfono y si es posible va a tu casa con un kilo de helado cuando terminaste con tu novio... o simplemente porque necesitabas hablar con alguien y descargar tus lágrimas. Aquel que sabe cuándo estas bien, cuándo estás sencible, y cuándo mal. Aquel que sabe con presición qué decirte y hacer para sacarte una sonrisa. Aquel que te aguanta, que te aconseja, que en los malos momentos, en los peores, en los que no podés hacer más que hartarlo con tus llantos e insoportables discursos, no deja de escucharte aunque sepa que no aguantaría un segundo más tus mocos en la almohada recién lavada y tus gritos entre llorisqueos...
Ese es un amigo. El que te defiende por atrás y te critica por delante. El que no duda en remarcar tu error e insistirte hasta que dejes lo que te hace mal. El que sabe que cometiste muchisimos errores, al igual que él y que toda persona, pero que insiste en quedarse a tu lado e intentar perdonar, olvidar, simplemente porque te quiere de verdad.
Un amigo es el que verdaderamente hace presencia en las malas.